Si estás leyendo esta entrada, probablemente te interesen las aves, y puede que aún no hayas descubierto “otros mundos” más allá de las plumas, pero las escamas son igualmente fascinantes.
Lo reconozco, mi primer punto de interés hacia la naturaleza fueron las mariposas, claro que yo solo era un niño curioso y los prismáticos eran algo inalcanzable frente a la facilidad de fabricar un cazamariposas con un palo, una percha de alambre y una redecilla.
Hoy aborrezco del tema del cazamariposas (ya dijo Lenin que la caza era la enfermedad infantil del naturalista), pero conservo la afición por las mariposas que ahora disfruto observando y fotografiando.

En toda España viven unas 230 especies de mariposas diurnas (y unas 4.000 de nocturnas), lo que hace que sea un grupo animal en el que es fácil aprender a identificar sus especies más representativas (se pueden incluso identificar mientras vuelan, y en algunos casos hasta sexar con suma facilidad), solo hay que mantener despierta la curiosidad que teníamos cuando éramos niños.
A pesar de que las ciudades son un entorno hostil para la mayoría de especies, (en general todo el territorio se ha vuelto hostil hacia ellas, no en vano el 70% de especies mediterráneas están en regresión) algunas de las mariposas diurnas más bellas y sencillas de reconocer son relativamente fáciles de observar en parques urbanos, urbanizaciones, y zonas periféricas.